En este apartado se explora la relación entre el género musical en el que se trabaja y el impacto percibido en la salud mental. Los datos revelan un panorama complejo: mientras que el regional mexicano, el rock y el pop son los géneros más representados, también son los que se asocian con mayores problemas de salud mental. Esto sugiere que las particularidades del trabajo en cada género musical, así como la idiosincrasia cultural del país, influyen directamente en el bienestar de los profesionales.
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Una carga emocional inesperada
El regional mexicano, rock y pop, que lideran la industria en México, son también los géneros con una mayor percepción de problemas de salud mental. Esto sugiere que la demanda cultural y la presión por mantener la visibilidad en estos géneros pueden ser una carga emocional significativa para los profesionales.
"Como artista 'indie', la presión es ser auténtico, pero al mismo tiempo tienes que vender. Esa contradicción es una locura. Además, la cultura del rock sigue siendo de 'sexo, drogas y rock & roll', y si no entras en ese juego o en esa imagen, te tachan de aburrido o simplemente te excluyen de los círculos."
Correlación con la precariedad
Los datos de esta sección se conectan directamente con la inestabilidad económica y la cultura del "todólogo" que vimos en los apartados 1 y 2. Los géneros más populares suelen tener una mayor presión de la industria y el público, lo que se traduce en más horas de trabajo, viajes constantes y un ritmo de vida que deteriora la salud mental.
"En el regional [mexicano], la imagen de 'macho' y de fiesta es casi obligatoria. No hay espacio para mostrar vulnerabilidad. Si te ven 'depre' o 'ansioso', te ven débil. Así que te pones la máscara, aunque te esté matando por dentro."
La idiosincrasia de la música
El regional mexicano, un género profundamente arraigado en la cultura mexicana y líder en consumo a nivel global, resalta por su alta asociación con el estrés. Esto se debe a una combinación de factores que incluyen la informalidad de los contratos, los horarios extendidos y la dinámica de trabajo. A menudo, los artistas y profesionales del regional mexicano se enfrentan a una "doble jornada" que va más allá del estudio o el escenario. Hay una presión constante para mantener una presencia activa en redes sociales y para gestionar las relaciones públicas de manera que se adapten a una imagen a menudo ruda y machista, lo que genera un agotamiento emocional y psicológico. Investigaciones y análisis de la industria coinciden en que la precariedad laboral en el género no se limita al aspecto económico, sino que abarca un entorno de trabajo que carece de estructuras formales y que demanda una dedicación total, sin las protecciones de un empleo convencional.